Las probabilidades de contraer COVID-19 en un vuelo internacional son menores de lo que se piensan.

Para muchos puede parecer arriesgado subir a un avión, sentarse al lado de desconocidos por un par de horas a centímetros de distancia.

Pero según lo que afirman algunos expertos, son muy pocos los casos documentados y probados de transmisión en un vuelo, ya que estas probabilidades son consideradas escasas.

El miedo a volar ha llevado a nuestra industria a disminuir precipitadamente el tráfico aéreo mundial, además del cierre de fronteras y restricciones de movimientos de los pasajeros. Si se confirman los nuevos estudios, el mayor riesgo percibido al abordar un avión podría ser infundado.

Se probó con un vuelo desde Estados Unidos a Taiwán en marzo pasado, donde 12 pasajeros de los 328 totales resultaron sintomáticos. Se testeo a todos los pasajeros y la tripulación y el resultado fue negativo para todos los demás que no presentaban síntomas.

Y aunque han existido casos de pasajeros infectados que transmitieron el virus a la tripulación de un avión o compañeros de viaje, las tasas de transmisión son muy bajas.

Según un estudio de la revista JAMA Network Open, se experimentó con 2 pasajeros de un vuelo que desarrollaron infecciones después de volar con un grupo de turistas que habían entrado en contacto con un infectado y también se contagiaron, según lo publica un instituto de virología. Los dos pasajeros estaban ubicados en la parte posterior del avión, al otro extremo de 7 pasajeros que sin saberlo habían contraído el virus.

La gran explicación para el nivel de riesgo bajo que existe en las cabinas de los aviones, es el recambio del aire que se reemplaza por aire fresco cada 2 ó 3 minutos, además del diseño de los aviones que está hecho para atrapar el 99,99% de las partículas.

Mientras son muchos los nuevos protocolos que se han implementado según la aerolínea y el aeropuerto de origen: como el uso de mascarillas durante todo el vuelo, controles de temperatura, limpiezas más intensivas y movimientos limitados durante los vuelos.

Según Arnold Barnett, profesor de estadística del MIT, el riesgo de contraer el virus en un avión de fuselaje pequeño es de 1 de cada 4.300 y si se aplica la política de asiento intermedio vacío es solo de 1 cada 7.700

Sin embargo, una de las recomendaciones que se hacen son los protectores faciales, y el menor movimiento abordo.

Estamos seguros que estos datos te darán un poco más de tranquilidad a la hora de tomar tu maleta y tu mochila para despegar a tu próximo destino.